¡A las buenas universos y curios@s!
Sí, ya sé que la reseña de hoy no es lo que se dice precisamente "una novedad" y que habréis leído cientos de reseñas sobre el libro del que os voy a hablar (si no es que lo habéis leído ya) pero en mi caso personal, fue una novela que adquirí en su momento y que "dejé olvidada y un tanto aparcada" hasta hace bien poco, que he decidido ir alternando lecturas actuales con lecturas más antiguas y atrasadas. Por tanto, espero que no os moleste que alterne las novedades con alguna que otra lectura atrasada.
Con "La Química" nos encontramos ante una novela de género 'thriller', que contiene unas 626 páginas en su haber y que está narrado en modo tercera persona. En cuánto a duración y extención de los capítulos he de decir que algunos de ellos se me hicieron bastante pesados, porque estaban plagados de descripciones, con lo cuál el ritmo de la lectura varía mucho. Para dar por concluido éste apartado de la reseña, os hablaré un poco de la edición la cuál por cierto, es muy sencilla: Tapa blanda con solapas. La portada tampoco es que haya sido santo de mi devoción, pero si reconozco que es bastante más atractiva que la que sacaron más tarde, en la edición de bolsillo.
Juliana Fortis (alias: Alex, ya que a lo largo de la novela cambiará de nombre en varias ocasiones) es una joven doctora especializada en bioquímica y biología molecular que trabaja para un Departamento secreto del Gobierno en el cuál se encargan de extraer informaciones a través de ciertas torturas químicas. Después de la repentina muerte de su compañero Barnaby, Juliana se entera de que sus jefes la quieren muerta, así que desde entonces no le queda más remedio que huir de forma constante y ocultarse para tratar de salvaguardar su vida. Con el miedo permanente de que la descubran de cometer el más mínimo fallo, vive en un bucle continuo de obsesión, llegando al punto de crear sus propias trampas químicas para poder conciliar el sueño por las noches. No obstante, todo esto queda en un segundo plano cuando sus ex jefes la localiza a través de correo electrónico, pidiéndole un último trabajo. Si lo hace, le prometen dejarla en paz y ello significaría poder llevar una vida más "normal" en la que ya no tendría que vivir atemorizada a diario. Pese a ello, nuestra protagonista no se fía al cien por cien y por ello decide tomar una serie de precauciones para saber si realmente sólo quieren un último trabajo de ella o si, de lo contrario, sólo se trata de una "triquiñuela" para que vuelva a exponerse y la maten sin remedio.
Lo que le pide su gente parece en principio una tarea de lo más sencilla; Atrapar, torturar e interrogar a un hombre, el cuál planea expandir un virus mortal por toda América (qué casualidad, con los tiempos que corren). Sin embargo, nuestra protagonista pronto se dará cuenta de que en los asuntos de corazón y sentimientos ni se manda ni muchísimo menos se calcula. Esto dará pie a una subtrama y un triángulo amoroso que a mi humilde punto de vista "sobraba" en ocasiones (y que de hecho, no terminó como esperaba). No me malinterpretéis, estaba más que claro que había que aderezar éste "thriller" de alguna manera y la más lógica era ésta pero... Para mi fue algo que a veces dejó de tener la importancia que la autora quería darle. Era como si Stephenie se "empecinara" a veces en enternecerme cuando la trama principal ya me había cautivado sobradamente.
De hecho, si he de decir algo muy positivo sobre el libro, eso sería sin duda alguna el trabajo documental que la autora realizó en su momento referente al tema de la química en general, su fabricación, o sus reacciones para poder escribirlo y que resultara creíble a lo largo de la trama principal. Ha sido algo que se ha notado muchísimo y que le valoro bastante.
Ahora, hablando un poco más de los aspectos negativos del libro he de reconocer que el ritmo se me ha hecho eterno y muy lento. Hubo ocasiones en las que sentí que la cosa no avanzaba y éso me exasperaba bastante. Ojo que con ésto no quiero decir que la trama a grandes rasgos sea mala (más bien todo lo contrario). Pero sí es cierto que tanta descripción... No sé, creo que no ayuda demasiado al desarrollo en sí.
En cuanto a personajes principales, podría hablaros de tres concretamente (aunque dos de ellos son más secundarios que principales) pero no quiero hacer demasiados spoilers así que concentraré toda mi atención en la protagonista. Lo que más he envidiado de ella es que a pesar del miedo y el terror que sentía, sabía mantener la cabeza fría en todo momento, sabiendo sobreponerse para mantenerse alerta en los momentos cruciales de la trama. Juliana (Alex) se caracteriza por su frialdad, su inteligencia y por llevar una vida demasiado solitaria y nómada, gracias a éstas características se mantiene con vida después de tres años en los que sus ex jefes no paran de buscarla.
"La Química" supuso un antes y un después en la bibliografía de la autora. No es para menos puesto que provenía de la saga "Crepúsculo" y "The Host", una novela que si bien no llegó a cosechar el mismo éxito que sus predecesoras, creó bastante expectación entre el público juvenil (y no tan juvenil). Quizás "La Química" ha sido la que ha supuesto un giro más notable en su carrera, puesto que se nota que la autora ha querido desligarse con ella de múltiples etiquetas que, por decirlo de algún modo, la "encasillaban" en los géneros juvenil y fantástico. Personalmente para mí, "La Química" ha sido un acierto (pese a sus taras, que las tiene) y os la recomiendo si os gusta el género.
Stephenie Meyer (24 de diciembre de 1973, Hartford, Connecticut) es una escritora norteamericana. Es mundialmente conocida como autora de la saga juvenil de romance paranormal "Crepúsculo". Meyer (Morgan de soltera) nació en una familia muy devota de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, más conocida como la Iglesia Mormona. Su padre era un ejecutivo financiero y su madre, ama de casa. Se crió en Phoenix, Arizona. La fe religiosa de sus padre tuvo un papel importante en su educación –ha declarado que no bebe, ni fuma ni toma café, mantuvo su virginidad hasta el matrimonio y en su obra no hay ninguna escena de sexo explícito-; también fue una ávida lectora, admiradora de autoras decimonónicas como Jane Austen o Emily Bronte. Fue una buena estudiante, y ganó una beca que le ayudó a costear sus estudios en la Universidad Brigham Young de Utah, la principal institución educativa mormona, donde se licenció en Literatura inglesa. Cuando tenía 21 años, se casó con Christian Meyer, su novio de toda la vida, con el que ha tenido tres hijos. Mientras escribía Crepúsculo, se dedicaba al tiempo a la crianza de sus hijos y trabajaba como recepcionista en una empresa inmobiliaria. Según cuenta, desarrolló la historia del amor entre la mortal Bella y el vampiro inmortal Edward de Crepúsculo a partir de un sueño.
Además, de la saga Crepúsculo, Meyer ha escrito la novela de ciencia-ficción The Host, que también ha sido llevada al cine, aunque sin el éxito global de sus libros anteriores. En 2016, publicó el thriller "La química".
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