¡Hola a tod@s universos y curios@s!
En la reseña que nos ocupa os vengo a hablar de uno de mis llamados “eternos pendientes” de la bibliografía de Elísabet Benavent (Beta Coqueta). Lo cierto es que “Mi Isla” lleva ya unos cuántos años cogiendo polvo en mi estantería, y todo porque siempre terminan llegando a mis manos otros títulos a los que les doy cierta prioridad. Pero hoy estoy aquí para deciros que la espera ha llegado a su fin y para contaros qué me ha parecido ésta novela. Si queréis saber qué me ha parecido (pese a no ser una novedad literaria), os animo a que sigáis leyendo.
Ésta vez, la autora nos presenta una novela autoconclusiva, contada en primera persona casi en su totalidad por Maggie (la protagonista) excepto ciertos capítulos que estarán narrados por Alejandro (el protagonista masculino) y en ellos será sobre sus hombros dónde recaiga el peso de la narración. El libro consta de unas 536 páginas en su interior, organizadas en cinco partes que a su vez, estarán divididas en cincuenta y siete capítulos, más un prólogo y un epílogo.
En cuanto a la edición, la verdad es que no
tengo mucho que decir puesto que mi ejemplar es versión bolsillo y es muy
sencillito pero, sí es cierto que el título de la novela viene en relieve, un
detalle bastante curioso.
Maggie es una chica joven de apenas unos treinta años que, después de haber dejado atrás una vida profesional muy prometedora en Madrid como personal shopper y de codearse con la gente del más alto standing de la capital, decide dejarlo absolutamente todo, irse a ésta preciosa isla del mediterráneo y comprar una casa que en su momento perteneció a su abuela para así convertirla en una especie de pensión-casa de huéspedes y llevar una vida bastante calmada y hippie junto a su inseparable amiga Mercedes, una mujer mayor con la que le encanta compartir y comentar los chismes de sus respectivos vecinos. Un día, por azar del destino, llega Alejandro a su vida como nuevo huésped (curiosamente, uno de los meses donde la pensión suele estar bastante desocupada) y sus vidas pegarán un giro radical de 180º al conocerse.
Pronto descubriremos que, tanto Alejandro como Maggie han estado huyendo de ciertas cosas que les atormentaban de su vida pasada, secretos de los cuáles se enterarán ellos (y nosotros como lectores) más adelante, cuando llegue el momento idóneo. La relación entre los protagonistas avanza paso a paso y pronto vienen los primeros problemas y es que a Alejandro le es prácticamente imposible quedarse permanentemente en una isla, lejos de la civilización. Maggie por su parte, toma la difícil decisión de dejarlo todo y volver a su antigua vida, sea en el lugar que sea.
Y de golpe... ¡PUM! La isla y todo lo vivido
allí se esfuma prácticamente como por arte de magia, y es en éste momento en el
que sale a relucir una Maggie que no conozco de nada y me parte el alma en dos,
muy contrariamente a lo que llegué al pensar al principio. Y es que la verdad,
pensé que la "metedura de pata principal" entre ambos personajes
vendría de la mano de Alejandro pero no... Aquí la que tiene un verdadero problemón
es Magdalena.
Hasta aquí puedo deciros sobre la historia de Maggie y Alejandro. Sólo os puedo decir que la actitud de los dos protagonistas me ha desesperado y desencantado de manera soberana. Conforme avanzaba la historia, cada vez empatizaba menos con ellos, sobre todo con Maggie, que ha sido un personaje de lo más infantiloide, egoísta, inmaduro y sin personalidad. Sin embargo con Alejandro he podido empatizar un poco más, e incluso he llegado a entenderle muy bien en muchísimos aspectos, es resumidas cuentas, el pobre es un buenazo.
Habiendo hecho mención sobre ellos, quiero darle un huequecito especial a cierto personaje secundario que ha conquistado mi corazoncito y ése personaje es el de Mercedes. En comparación con el "grupito" de "amigas" que tiene Maggie, Mercedes es una viejita encantadora y entrañable, una verdadera amiga con todas las letras que la apoya y está con ella de forma constante e incondicional.
"Mi Isla" ha supuesto para mi un verdadero compendio de emociones. Creo que la historia comienza de forma estupenda pero, conforme avanza la trama y la isla desaparece del mapa, la cosa se va desinflando poco a poco. ¿Qué quién tiene la culpa? Pues a mi humilde punto de vista, creo que los personajes; En éste caso la actitud de los mismos en ciertas ocasiones del libro, que sin dudas han afeado bastante el resultado final. La relación entre Maggie y Alejandro se me ha tornado en ciertos momentos algo tóxica y dañina, un punto bastante negativo para la conclusión final.
Para ser una historia de Elísabet Benavent, me
ha defraudado bastante y me ha dejado bastante "plof". No sé si esto
último es culpa mía porque quizás no era mi momento ideal para leer ésta novela,
o porque el fiasco de los personajes principales y sus actos ha sido tal, que
he terminado desencantándome por completo.
Elísabet Benavent (Gandía, Valencia, 1984) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia y máster en Comunicación y Arte por la Universidad Complutense de Madrid y en la actualidad trabaja en el Departamento de Comunicación de una multinacional. Su pasión es la escritura. Hace unos meses autopublicó “En los zapatos de Valeria” en internet y reunió a un ejército de nuevos lectores que empezaron a interesarse y a hablar en redes sociales de las peripecias de Valeria y de sus amigas. El sueño de Elísabet era ver su novela en papel y se ha hecho realidad.
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